El pastel de limón es uno de esos clásicos que nunca pasan de moda. Su sabor fresco, ligeramente ácido y perfectamente equilibrado con el dulzor lo convierte en una opción ideal para cualquier ocasión: desde una merienda familiar hasta un postre especial para celebraciones. Esta versión en particular destaca por su textura increíblemente húmeda y cremosa, pensada para quienes buscan un pastel suave, fragante y lleno de sabor sin complicarse demasiado en la cocina.
La clave de este pastel está en la combinación inteligente de ingredientes. La mantequilla aporta riqueza, el aceite ayuda a conservar la humedad por más tiempo, el jugo y la ralladura de limón intensifican el sabor cítrico, y la leche o suero de leche garantizan una miga tierna y delicada. Para rematar, un glaseado cremoso de limón cubre el pastel con una capa suave, refrescante y totalmente irresistible.
Lo mejor es que, aunque el resultado parece digno de una pastelería profesional, la receta es sencilla y accesible. Es perfecta tanto para principiantes como para reposteros con experiencia que quieran un postre confiable, equilibrado y lleno de personalidad.
¿Por qué este pastel de limón es tan especial?
A diferencia de otros pasteles que pueden secarse rápidamente, este está diseñado para mantenerse húmedo durante varios días. El uso combinado de mantequilla y aceite es fundamental: mientras la mantequilla ofrece sabor y textura, el aceite evita que el pastel se endurezca con el paso del tiempo.
Además, el limón no solo se presenta en el jugo, sino también en la ralladura, donde se concentran los aceites esenciales que aportan aroma intenso y natural. El resultado es un pastel fragante, suave al paladar y perfectamente equilibrado entre lo dulce y lo ácido.
El glaseado de queso crema y limón no solo añade cremosidad, sino que realza las notas cítricas del bizcocho, creando un contraste delicioso con su miga esponjosa.
Ingredientes del pastel
Para preparar este pastel de limón húmedo y cremoso, necesitarás ingredientes sencillos que probablemente ya tienes en casa:
- 2 tazas de harina de trigo todo uso
- 1 ½ tazas de azúcar granulada
- ½ taza de mantequilla sin sal, ablandada
- ¼ taza de aceite vegetal
- 3 huevos grandes
- 1 taza de leche entera o suero de leche
- ⅓ taza de jugo de limón recién exprimido
- 1 cucharada de ralladura de limón
- 2 cucharaditas de polvo para hornear
- ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
- ½ cucharadita de sal
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Ingredientes del glaseado cremoso de limón
Este glaseado es suave, sedoso y lleno de sabor, ideal para complementar sin opacar el pastel:
- 225 g (8 oz) de queso crema, a temperatura ambiente
- ½ taza de mantequilla sin sal, ablandada
- 3 tazas de azúcar en polvo
- 2 cucharadas de jugo de limón fresco
- 1 cucharada de ralladura de limón
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparación paso a paso
1. Preparar el horno y el molde
Precalienta el horno a 175 °C (350 °F). Engrasa un molde para hornear de 23 x 33 cm o cúbrelo con papel vegetal, dejando que sobresalga un poco por los lados para facilitar el desmoldado. Este paso es importante para que el pastel se retire fácilmente una vez frío.
2. Batir la mantequilla y el azúcar
En un recipiente grande, bate la mantequilla ablandada junto con el azúcar hasta obtener una mezcla clara, esponjosa y aireada. Este proceso ayuda a incorporar aire, lo que dará como resultado un pastel más ligero.
3. Incorporar el aceite
Añade el aceite vegetal y mezcla hasta que esté completamente integrado. No te saltes este paso: el aceite es esencial para mantener el pastel húmedo incluso días después de horneado.
4. Agregar los huevos y los aromáticos
Incorpora los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Luego añade el extracto de vainilla, la ralladura de limón y el jugo de limón fresco. La masa comenzará a desprender un aroma cítrico irresistible.
5. Mezclar los ingredientes secos
En otro recipiente, combina la harina, el polvo para hornear, el bicarbonato de sodio y la sal. Mezclar los secos por separado asegura una distribución uniforme de los leudantes.
6. Unir ingredientes secos y líquidos
Agrega los ingredientes secos a la mezcla húmeda en dos tandas, alternando con la leche o suero de leche. Comienza y termina con los secos. Mezcla solo hasta integrar; evitar el exceso de batido es clave para lograr una miga tierna.
7. Hornear
Vierte la masa en el molde preparado y nivela la superficie. Lleva al horno durante 28 a 35 minutos. El tiempo exacto dependerá de tu horno, así que revisa insertando un palillo en el centro: debe salir limpio o con apenas unas migas húmedas.
8. Enfriar completamente
Retira el pastel del horno y déjalo enfriar completamente dentro del molde antes de glasear. Esto evitará que el glaseado se derrita o se deslice.
Cómo preparar el glaseado cremoso de limón
- En un bol, bate el queso crema junto con la mantequilla hasta obtener una mezcla suave y sin grumos.
- Incorpora el azúcar en polvo poco a poco, batiendo constantemente hasta lograr una textura esponjosa.
- Añade el jugo de limón, la ralladura y el extracto de vainilla. Mezcla hasta que el glaseado esté homogéneo y sedoso.
Extiende el glaseado sobre el pastel ya frío usando una espátula. No es necesario que quede perfectamente liso; un acabado rústico también luce hermoso.
Consejos para un resultado perfecto
- Usa limones frescos: el sabor del limón recién exprimido es mucho más intenso que el embotellado.
- No sobrebatas la masa una vez agregada la harina, para evitar un pastel denso.
- Refrigera el pastel al menos 30 minutos antes de cortarlo para que el glaseado se asiente mejor.
Cómo conservar el pastel
Este pastel se conserva perfectamente en el refrigerador durante 4 a 5 días, bien cubierto. Gracias al aceite y al glaseado, mantiene su humedad y sabor incluso después de varios días. Antes de servir, puedes dejarlo a temperatura ambiente unos minutos para que el glaseado esté más cremoso.
Ideal para cualquier ocasión
Ya sea para una reunión familiar, una celebración especial o simplemente para darte un gusto, este pastel de limón súper húmedo y cremoso es una apuesta segura. Su sabor fresco, su textura suave y su presentación elegante lo convierten en un postre que siempre recibe elogios.