Hay postres que se disfrutan con el paladar, otros que conquistan desde el primer aroma, y algunos pocos que logran algo aún más especial: despertar recuerdos, emociones y sensaciones de hogar. El Flan de Elote con Queso Crema pertenece a esa categoría mágica. Es un postre que parece sencillo, pero detrás de su suavidad y dulzura se esconde una tradición que ha acompañado a muchas familias durante generaciones.
El elote, protagonista indiscutible de esta receta, es uno de los ingredientes más representativos de la cocina latinoamericana. Su sabor tierno, dulce y ligeramente terroso aporta una calidez incomparable a las preparaciones. Cuando se mezcla con queso crema, lácteos y vainilla, surge una textura tan cremosa y un sabor tan reconfortante que es imposible no enamorarse de este flan desde el primer bocado.
Si estás buscando un postre rendidor, delicioso, económico y que siempre quede bien, esta receta es para ti. No solo es fácil de preparar, sino que también es perfecta para cualquier ocasión: reuniones familiares, celebraciones, comidas de domingo o simplemente para consentirte un día cualquiera. Además, su aroma al hornearse inundará tu casa de una sensación tradicional, auténtica y profundamente hogareña.
⭐ Ingredientes para preparar este flan inolvidable
- 1 taza de elote cocido
- Puede ser elote fresco cocido y desgranado, o elote de lata bien escurrido.
- 1 lata de leche condensada
- Para aportar esa dulzura clásica que caracteriza a los flanes tradicionales.
- 1 lata de leche evaporada
- Le da cuerpo y suavidad a la mezcla.
- 3 huevos
- Son los que permiten que el flan cuaje y mantenga su forma.
- 190 g de queso crema (1 paquete)
- El ingrediente secreto para lograr una textura extra cremosa.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Redondea el sabor con un toque aromático delicioso.
- ½ taza de azúcar (para el caramelo)
- La base dulce y brillante que recubre el flan.
🍮 Cómo preparar el Flan de Elote con Queso Crema paso a paso
Lo maravilloso de este postre es que no necesitas técnicas complicadas ni utensilios especiales. Con ingredientes sencillos y unos cuantos pasos, obtendrás un flan digno de cualquier celebración.
1. Prepara el caramelo
El caramelo es la base visual y de sabor del flan. Rodea el postre con un brillo ámbar irresistible y aporta un toque dulce profundo.
- Coloca la ½ taza de azúcar en una sartén a fuego medio.
- Deja que el azúcar comience a derretirse lentamente. Evita moverla demasiado al inicio para que no cristalice.
- Cuando los bordes empiecen a tomar un color dorado, mueve suavemente la sartén para que el caramelo se distribuya de manera pareja.
- Una vez que el azúcar se haya convertido en un caramelo de tono ámbar, retíralo del fuego.
- Vierte inmediatamente sobre el molde para flan, inclinándolo con cuidado para que el caramelo cubra el fondo y las paredes.
Tip: Trabaja rápido, ya que el caramelo se solidifica en cuestión de segundos. Pero hazlo con cuidado, porque el caramelo caliente puede causar quemaduras.
2. Licúa la mezcla cremosa
Aquí ocurre la magia del sabor:
- En la licuadora agrega:
- La taza de elote cocido
- La lata de leche condensada
- La lata de leche evaporada
- Los 3 huevos
- El queso crema
- La vainilla
- Licúa durante uno o dos minutos, o hasta que la mezcla quede completamente homogénea y sin grumos.
El resultado debe ser una mezcla espesa, cremosa y muy aromática. Si te gusta un flan ultrasuave, puedes colar la mezcla antes de verterla en el molde. Aunque muchos prefieren dejar los minúsculos pedacitos de elote para disfrutar su textura natural.
3. Vierte la mezcla en el molde acaramelado
Con cuidado, vacía la mezcla sobre el caramelo que ya debe estar firme. Hazlo lentamente para evitar que el caramelo se desprenda de las paredes.
Es normal que algunos pedacitos de elote floten; esos pequeños detalles hacen de este flan algo único.
4. Hornea a baño maría
El baño maría es fundamental para lograr un flan suave y sin burbujas, con una textura firme y sedosa.
- Coloca el molde del flan dentro de una bandeja más grande.
- Agrega agua caliente a la bandeja hasta alcanzar la mitad de la altura del molde.
- Lleva al horno precalentado a 180°C (350°F).
- Hornea entre 50 y 60 minutos, o hasta que al insertar un palillo o cuchillo en el centro, este salga limpio.
Este método de cocción lenta y húmeda garantiza que el flan no se reseque ni se agriete.
5. Deja enfriar y refrigera
Una vez fuera del horno, permite que el flan se enfríe completamente a temperatura ambiente.
Después, cúbrelo con papel film y llévalo al refrigerador por al menos 4 horas. Si lo dejas reposar toda la noche, su sabor y textura se intensifican.
El reposo es clave para lograr un flan firme, bien asentado y fácil de desmoldar.
6. Desmolda tu flan y prepárate para disfrutar
El momento de la verdad:
- Pasa un cuchillo delgado por las orillas del molde.
- Coloca un plato grande encima y voltea con firmeza pero suavidad.
- Levanta el molde lentamente y deja que el caramelo caiga sobre el flan formando una capa brillante y deliciosa.
Este paso suele sorprender a todos, especialmente si el flan cae perfecto y el caramelo fluye como una cascada dulce. ¡Aplausos asegurados!
💡 Tips caseros para llevar este flan al siguiente nivel
- Añade ralladura de naranja
Le aporta un aroma fresco que combina espectacular con el elote. - Un toque de canela
Puedes agregar ¼ cucharadita a la mezcla para darle un sabor más cálido y especiado. - Usa elote asado
Le dará un sabor más profundo, ligeramente ahumado, perfecto para quienes buscan un toque gourmet. - Endulza menos si lo prefieres
La leche condensada ya aporta suficiente dulzura, así que puedes ajustar las cantidades según tu gusto. - Prueba con queso crema sabor vainilla o light
Ambos funcionan muy bien y el resultado sigue siendo igual de cremoso. - Sirve con nata, fruta fresca o un toque de canela espolvoreada
Detalles simples que realzan la presentación.
❤️ Un postre que crea recuerdos
El Flan de Elote con Queso Crema no es simplemente un postre tradicional: es un símbolo de hogar, de cariño y de esos instantes simples que se vuelven inolvidables. La suavidad del elote, la cremosidad del queso crema y el brillo del caramelo crean una experiencia que reconforta, emociona y sorprende.