Hay recetas que pasan de generación en generación porque simplemente funcionan. No necesitan adornos ni técnicas complicadas; solo buenos ingredientes, un poco de cariño y ese toque casero que convierte un plato sencillo en algo inolvidable. El solomillo de cerdo en salsa tradicional es uno de esos tesoros culinarios: un plato jugoso, aromático, perfecto para reuniones familiares, comidas especiales o incluso para darle un toque de elegancia a un día cualquiera.
Si estás buscando una receta reconfortante, fácil de preparar y que deje a todos pidiendo repetición, este solomillo será tu nuevo favorito. Hoy te cuento cómo hacerlo paso a paso, con trucos, recomendaciones y toda la esencia de una cocina tradicional y llena de sabor.
¿Por qué esta receta es tan especial?
El solomillo de cerdo es una de las carnes más tiernas y versátiles que existen. Al cocinarlo en una salsa rica y bien trabajada, no solo queda jugoso, sino que se impregna de aromas y matices que lo convierten en un plato digno de celebración.
La magia está en la combinación perfecta de ingredientes simples: cebolla, ajo, mantequilla, vino tinto y caldo de pollo. Con estos elementos básicos puedes crear un fondo de sabor profundo y equilibrado. El resultado es una salsa cremosa que acompaña cada bocado, convirtiendo algo cotidiano en pura delicia.
Ingredientes
Para preparar este delicioso plato necesitarás:
- 1 kg de solomillo de cerdo
- 2 cebollas grandes, picadas
- 3 dientes de ajo picados
- 1 taza de vino tinto
- 2 tazas de caldo de pollo
- 2 cucharadas de harina
- 2 cucharadas de mantequilla
- Sal y pimienta al gusto
Estos ingredientes están pensados para 6 porciones generosas, perfectas para un almuerzo familiar o una cena especial.
Cómo preparar Solomillo de Cerdo en Salsa Tradicional
A continuación, te explico paso a paso cómo lograr un solomillo perfectamente cocido y una salsa que te enamorará desde el primer momento.
1. Sazonar la carne
Comienza limpiando el solomillo si es necesario, retirando cualquier exceso de grasa. Luego salpiméntalo por todos los lados.
Este paso parece sencillo, pero es fundamental: una buena base de condimentos asegura un sabor equilibrado y una carne bien resaltada.
2. Sellar el solomillo
En una sartén amplia, preferiblemente profunda, derrite las dos cucharadas de mantequilla a fuego medio–alto. Cuando esté caliente, coloca el solomillo y dóralo por todos los lados.
El sellado es clave porque:
- Evita que la carne se reseque.
- Aporta un color dorado apetitoso.
- Intensifica el sabor final del plato.
Tómate tu tiempo; este paso define gran parte del resultado final.
3. Retirar y reservar
Una vez dorado, retira el solomillo de la sartén y resérvalo. No lo cortes aún. Lo ideal es terminar la cocción después, a fuego lento, dentro de la salsa.
4. Preparar la base aromática de la salsa
En la misma sartén donde doraste la carne —que ahora tiene restos dorados llenos de sabor— añade las cebollas picadas y los dientes de ajo.
Cocina a fuego medio hasta que las cebollas estén tiernas y ligeramente translúcidas. Este proceso libera los azúcares naturales de la cebolla, creando una base de sabor profundo y ligeramente dulce.
5. Agregar la harina
Cuando la cebolla y el ajo estén en su punto, espolvorea las dos cucharadas de harina sobre la mezcla. Remueve bien para que se integre completamente y deja cocinar un par de minutos.
¿Por qué se agrega harina?
Porque actúa como espesante natural y ayuda a dar cuerpo a la salsa. Cocinarla unos minutos evita que quede sabor a harina cruda.
6. Desglasar con vino tinto
Vierte la taza de vino tinto. Notarás cómo la sartén burbujea y los restos del fondo comienzan a despegarse. Remueve bien.
El vino aporta intensidad, aroma y ese toque distintivo que hace que esta salsa sea tan especial. No te preocupes por el alcohol, ya que se evaporará durante la cocción.
7. Incorporar el caldo de pollo
Una vez que el vino haya dado un hervor, añade las dos tazas de caldo de pollo. Mezcla y deja que todo vuelva a hervir suavemente.
Verás que la salsa empezará a espesar poco a poco. Ajusta el fuego para mantener un hervor leve y constante.
8. Cocción final del solomillo
Devuelve el solomillo a la sartén, báñalo con un poco de salsa y cocina a fuego bajo durante 20 a 25 minutos. Este tiempo permitirá que se impregne completamente del sabor y termine de cocinar sin secarse.
Si tu sartén tiene tapa, úsala. Si no, baja aún más el fuego y vigila cada cierto tiempo que la salsa no se reduzca demasiado.
9. Reposar, cortar y servir
Una vez listo, retira el solomillo del fuego y déjalo reposar durante 5 minutos antes de cortarlo. Este tiempo es crucial para que los jugos internos se redistribuyan, asegurando lonchas jugosas y tiernas.
Córtalo en rodajas de 1–2 cm y sirve acompañado de la generosa salsa que acabas de preparar.
Tiempo, porciones y calorías
- Tiempo de preparación total: 45 minutos
- Porciones: 6
- Calorías por porción: aproximadamente 350